Si hay algo en la vida que yo jamás voy a aceptar es el hecho de que la gente se quiera apropiar de cosas que no le pertenecen.
Sii, ya se que cuando te roban o te quieren robar tenés que entregar todo para que, pongámoslo entre comillas… “No te pase nada”, pero bueno… es algo que me cuesta aplicar. Un par de veces intentaron robarme, y siempre me pasó que reaccioné como menos pensaba, y obviamente, no les entregué nada.
No les voy a contar todas, les voy a contar la última del sábado a la noche.
Salía por capital con amigos, y me encontraba con ellos allá. Mis viejos me llevaron en auto hasta la estación de Tren. El hecho es que tardó toda una vida en venir, porque los trenes eléctricos no andaban y entonces cuando finalmente llegué a Constitución, ya no había subtes.
Entonces ¿Qué hago? Voy a las paradas de los bondis a tomarme algo que me lleve. Ni bien bajé del tren, ya vi una pendeja de unos 17, 18 años y un pendejito de 12, ponele, que se miraron y me miraron y dije para mis adentros: “Estos son cacos”. Pero bueno, seguí mi camino tranquila porque iba con el malón de gente, además, no le tengo miedo a la noche, le tengo respeto y me cuido.
La cuestión es que quise cruzar para tomarme un bondi y veo que se me pusieron uno de cada lado y la piba (que le sacaba dos cabezas a mi pequeña estatura) me dice:
Caca (En idioma Caco): E’ amia’ ¿Namedá namoneda?
Yo: No tengo (Lo peor es que era verdad)
Caca: ¡¡Qué nová tené vooo!!
Y ahí me agarra del cuello, como abrazándome, pero acogotándome… y haciendo fuerza para atrás para tirarme, mientras el Caco menor me tironeaba el bolso.
Craso error de su parte, porque jamás imaginaron toparse con una loca como yo, que aprovechó la situación y le mordió el brazo a la mina y se subió corriendo al primer bondi que apareció de repente.
Mientras la mina buscaba el pedazo de brazo que le arranqué con mi fuerza adrenalínica (¡bueeenaaa!), el Caquito ve que me subo al bondi y me empieza a tironear del brazo para hacerme caer a la vereda, a lo que respondo con un empujón con una mano (porque con la otra me sostenía del pasamanos de afuera) y con una patada y tirándolo al piso.
El bondisero copado me llevó a una parada segura para tomarme el bondi que me correspondía y chau pichu.
Llamé a Madre, le conté y me dijo que estoy loca. Y si, lo estoy, lo reconozco. Pero darle una moneda significaba entregarle el bolso con billetera, plata, documentos, libreta de la facu, celular, maquiSHajes, llaves, etc y quedarme a ver si contaba el cuento.
No estaba dispuesta a quedarme en bolas e incomunicada en medio de Constitución. No.
Así que bueno, una más para contarles a los nietos. (?)
que raro vos arriesgando la vida jajaj
ResponderEliminaryo tambien te amo pequeña.
un beso!
♫ Wild child ♫
ResponderEliminarJaja, en serio, qué loca, pero me parece bárbaro querida, tuviste toda la razón para reaccionar así, si aflojabas seguro era peor. Poderosa la chiquitina.
Mujer!!!! Menos mal que no te pasó nada! Nadie podrá contra la Super Yory!!!
ResponderEliminarTe quiero muchisimo amore!!!
Amistah, tiemblan los cacos bonaerenses.
ResponderEliminarTe admiro muchísimo y por enfrentarte a estos chorros, mucho más.
A mí una vez me robaron en La Plata, el flaco me pidió la guita, amenzanado con unas supuesta arma abajo de la campera, le di la billeterera y le pedí que me la devuelva vacía pero con la documentación. Se quedó con la guita (siete y ocho pesos) y me dejó el resto. Me tocó uno piola.
ResponderEliminarke feo..
ResponderEliminarlindo blog
besos .............